La práctica no es más que un peregrinaje a nuestro centro, a nuestro interior.
Esto eres tú, en la inmensidad manteniendo el equilibrio.
Vas a ver, a la hora de practicar, quien eres. El propósito fundamental es conocernos a nosotros mismos. Nadie ama lo que no conoce. Nadie puede dar lo que no tiene.
Si te amas a ti mismo amaras la vida, y cuando ames la vida, estarás realmente en ella y podrás empezar a vislumbrar el misterio de dios.